Restaurante Citröen en Ámsterdam

13:03

Este fin de semana estuve en un de mis ciudades favoritas, Ámsterdam. Era la cuarta vez que la visitaba pero la última vez que estuve fue hace casi 10 años y tenía miedo de que hubiese cambiado mucho y dejase de gustarme tanto. Pero todo lo contrario, me ha vuelto a enamorar. La verdad es que ha sido un viaje relámpago, fuimos 3 amigas a visitar a otra que está viviendo en Bruselas y decidimos escaparnos las 4 a pasar el sábado y domingo a la capital holandesa. 


No voy a hablar de lo bonitos que son sus canales, sus preciosos edificios, y el ambiente de paz y silencio que se respira, gracias a que casi no hay coches, porque todo esto ya lo sabéis y además es algo que hay que experimentar en primera persona, así que os hablaré del restaurante donde cenamos el sábado por la noche, el Citröen Restaurant, del que es complicado encontrar mucha información porque se trata de un restaurante efímero que abrió sus puertas en abril de 2015, es decir, no lleva ni seis meses en activo. Fuimos con el miedo a que ya no estuviese abierto, pero por suerte sí que seguía estando y la verdad, fue una experiencia muy divertida.


Os cuento. Niels Wouters es el fundador del Hotel Goudfazant un espacio industrial; industrial de verdad, es decir, era una fábrica antes; convertido en hotel. Este señor es experto en sacar de contexto espacios para convertirlos en eso, hoteles y restaurantes y hace algún tiempo se fijó en un parking de 3 plantas que había en la zona sur de Ámsterdam (fuera ya de la zona de canales y centro turístico) y dijo que cuando ese espacio se quedase vacío lo convertiría en restaurante, y así ocurrió. En abril abrió el Restaurante Citröen un restaurante dentro de la tercera planta del parking, a la que accedes o directamente en tu coche; los taxis te recogen literalmente al ladito de tu mesa; o subiendo las rampas andando, como hicimos nosotras. Pero lo más interesante de este espacio es que dentro de ese volumen industrial, de cemento gris y cristaleras por toda la fachada, es que todo el mobiliario y decoración es de color rosa. Manteles, sillas, servilletas...hasta el papel higiénico del baño! También la iluminación es rosa porque en todas las ventanas hay colocados unos leds de ese color que hacen que desde fuera veas el parking bañado en un color rosa precioso. 
                                                  


                                                       


                                                      






Respecto a la parte gastronómica, la carta no es muy extensa pero lo que comimos estaba todo riquísimo porque el restaurante tiene su propio huerto (dentro de este espacio) y todas las verduras que llevan los platos están sacadas de ahí.


También en la planta baja del garaje hacen exposiciones artísticas de pintura, fotografía y escultura.

Si planeas una visita a esta maravillosa ciudad y quieres disfrutar de uno de los espacios más frescos y originales organiza una comida o cena en el Restaurante Citröen, pero rápido porque en cuanto vuelvan a abrir el parking como tal, desaparecerá.


Todas las imágenes de este post las he sacado del blog http://petitepassport.com/ porque las que yo hice no son muy bonitas y no reflejan la esencia del lugar.

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